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La cerámica de Martha Jiménez. Repercusión en la contemporaneidad y el futuro.

...la obra de Martha Jiménez, que ha llevado al universo de sus figuras más que la forma, el espíritu de las tradiciones populares y del quehacer de la gente de Cuba...

Eusebio Leal Spengler

Martha Petrona Jiménez Pérez constituye, en la actualidad, una de las más notorias ceramistas dentro del panorama insular cubano, a partir de sus irrupciones en las dinámicas artísticas de las últimas décadas del siglo XX. El éxito radica en las inmensurables providencias que toma a la hora de hacer, de contextualizar y comunicar un discurso con aires autóctonos, precursores y atrevidamente revolucionarios. Ello implica la gestualidad devenida en las formas, soportes, e ideas que conjugan el concepto de lo que se reconoce como un trabajo de creación y recreación, plenamente admirable, disfrutable, sustancialmente valioso e imperecedero.

El momento justo de la consagración de Martha Jiménez, en su trabajo con la cerámica en pequeño formato, llegó mucho antes de ser acreedora del Premio UNESCO, otorgado en la Feria Internacional de Artesanía (FIART) del año 1997, evento que la elevó como artista de vanguardia, de trascendencia internacional. Con un conjunto de seis piezas definió un estilo propio dentro de las corrientes del costumbrismo y patentizó el fortalecimiento del trabajo con la terracota, dotado de asentida factura e intrínseca cubanía.

El alcance del valor de la obra de esta artífice camagüeyana no se ciñe estrictamente a la empatía lograda con sus receptores; de igual modo, la crítica especializada ha reafirmado la posición cimera que hoy la obra de Martha Jiménez ostenta, ejemplo de ello es la valoración dada por el periodista, crítico de arte y curador Toni Piñera, quien afirmó que esta creadora extrae los dioses del barro camagüeyano.

Participó en FIART, en la edición correspondiente a 1999, donde prevaleció un trabajo de acertada curaduría, en el que la cerámica artística de Martha tuvo la responsabilidad de prestigiar el certamen. Un conjunto de piezas, entre las que se encontraba “Agua bendita”, recibió por su significación el más eminente lauro, dado al magistral trabajo en terracota. A partir de ese mismo año, dicha pieza integró la Colección Arte de Nuestra América Haydée Santamaría de la Casa de las Américas.

A los logros alcanzados en este período se le adicionó otro reconocimiento: la inclusión de su obra en el Catálogo de Artesanías Cubanas del Fondo Cubano de Bienes Culturales. De incalculable éxito fue calificada una exposición de pintura y cerámica que la artista realizó en República Dominicana, como resultado de una residencia o beca de creación que desarrolló en este país. Tres representantes de diferentes naciones fueron elegidos para esta muestra en el año 2009: Jean Pierre Frey de Francia, la norteamericana Esperanza Cortés y de Cuba, Martha Jiménez, quienes aplicaron el sustrado de su intensidad distintiva en el debut de una exhibición heterogénea, catalogada por los críticos de “verdadero aporte y valía” para la Fundación Centro Cultural Altos de Chavón, institución que acogió el proceso creativo.

Otro acontecimiento de gran trascendencia se produjo en 2010 en la carrera de la artista, pues una de sus atractivas vasijas fue premiada en la Segunda Bienal y Exposición Internacional de Teteras Contemporáneas Artísticas, en Shangái, China. Debido a la sagacidad, el talento y la pasión por el modelado, hoy, la obra de Martha Jiménez distingue espacios públicos de las ciudades Eskisehir en Turquía y Camagüey en Cuba, donse se exhiben orgullosamente, a modo de galería al aire libre, esculturas monumentales de su autoría. En la país asiático, en el año 2011, la artista cubana fue la única de Latinoamérica en exponer en el 5to. Simposio de Escultura, ocasión en la que resultó premiada, por una obra de cerámica y metal, perteneciente a la serie Jineta.

En el caso de Camagüey, se le debe la dicha de tener la Plaza del Carmen, ámbito que identifica la ciudad y acoge un conjunto escultórico nacido de las pequeñas piezas de barro de la artista, inmortalizado en bronce, luego de haber sido proyectadas a gran escala en marmolina.

En este sentido, resulta válido mencionar la animación de dos proyectos que desde diferentes perspectivas tributan al desarrollo de la artesanía local, ambos ubicados en esta insigne plaza camagüeyana. Es el caso de Carmen, espacio instituido para complementar la relación, desde la promoción y comercialización de souvenires, entre la plaza que lleva este nombre y la obra de Martha Jiménez. Y el taller de creación Pincel con alma de beso, liderado por la ceramista, que tiene entre sus prioridades impulsar en los niños la práctica del modelado del barro.

El Estudio-Taller Martha Jiménez, enclavado en las inmediaciones, no solo facilita el diálogo con la colección personal de la artista, sino que ha devenido fuente de documentación, investigación y desarrollo de la artesanía, la cultura y el arte, mediante talleres, conferencias y visitas dirigidas a coleccionistas y demás concurrentes, con el propósito de brindar información ampliada acerca de la creadora y su obra.

Pero el espíritu de Martha Jiménez se mantiene inquieto; su historial artístico se incrementa en la medida que sus ingeniosas piezas continúan adquiriendo preeminencia. De esta forma selló en 2016 con el recibimiento, el 9 de diciembre, del Primer Premio en la Bienal de Cerámica Amelia Peláez de instalaciones y proyectos, de La Habana, con su obra “Equilibrista”, momento que reafirmó que al mencionar a esta incansable hacedora, se cita no solo a una artista reconcida en la actualidad, y cuyo nombre tendrá resonancia en los futuros tiempos.


Autor: Yaniel Pérez Guerra
Galerista, Curador y Especialista en Artes Visuales.
Tomado de Revista Pauta, Número 4, Año 3, 2017.