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Martha Jiménez, esculpiendo la vida en Camagüey

Es imposible hablar de la ciudad de Camagüey, en el oriente cubano, sin mencionar a la talentosa escultora Martha Jiménez, porque su trabajo es una parte intrínseca de los alrededores de la Plaza del Carmen en el centro histórico de la ciudad, una parada obligada al visitar estas partes.

En la plaza se encuentra la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, una hermosa iglesia con dos campanarios y siete esculturas de cerámica que representan a los residentes locales.

Es uno de los proyectos más queridos de Martha, parte de su trabajo recreando la figura humana en diferentes formas con sus manos. "Me siento muy inspirada cuando veo gente reunida en la calle, esperando para hacer sus compras. Me permite observarlos. Ahí es donde me dio la idea de este proyecto, creando personajes con su propia psicología y características", dijo en una entrevista con Cubaplus.

Con su discurso lento y deliberado, Martha emana esa cualidad especial conocida como "cubanidad" de cada poro; sus comentarios sobre su trabajo reflejan su amor por su país y por lo que hace. "Mi trabajo ha sido reconocido en muchas naciones porque refleja verdaderamente nuestra identidad cubana, especialmente cuando se considera que las costumbres locales son un aspecto de cada una de mis piezas", dijo.

"Lo que me inspira es la figura humana, sobre todo, pero también volúmenes y contrastes agudos entre la luz y la sombra". Su obra abarca diversas artes visuales, especialmente la cerámica y la arcilla, y "realmente me gusta pintar y hacer grabados y esculturas, al mismo tiempo. Me gusta alternar lo que estoy haciendo; hace mi trabajo más agradable, y me conforta y me estimula", dijo.

"Comencé en esta vida (las artes visuales) desde muy temprana edad. El arte nació conmigo, y cuando era niña, siempre me gustó ser creativa, y por lo tanto dedicé mucho de mi tiempo a la pintura".

Su primera conexión con la escultura llegó mientras estudiaba en la Escuela de Instructores de Arte, de la que se graduó con la especialidad de Artes Visuales. "Fue allí donde primero toqué arcilla y arcilla de alfarero y comencé a modelar, y nunca he parado desde entonces", dijo.

Martha se ha dedicado a las artes visuales a tiempo completo desde principios de los 80, al principio con esculturas de pequeño formato en cerámica. Posteriormente, ha trabajado con muchas técnicas y materiales: terracota, bronce, mármol, marfil, cerámica y madera.

Ha realizado muchas exposiciones individuales y colectivas en Cuba, en ciudades como Camagüey, Cienfuegos y La Habana, y en el extranjero, en República Dominicana, Estados Unidos, Canadá, Turquía, Francia y Chile. Su arte ha ganado varios premios importantes, entre ellos el Premio Regional de la UNESCO 1997 en FIART, la Feria Internacional de Artes y Oficios de Cuba, y los honores en la Bienal Amelia Peláez, la 2 ª Bienal Internacional de Arte de Tetera Contemporánea en Shangai y Bienal de Terracota en Turquía, 2011.

Actualmente, Martha está inmersa en un proyecto que tiene un significado personal especial porque es un homenaje a su madre. Ella está trabajando en una escultura de una máquina de coser con características muy sui generis y simbolismo, un verdadero reflejo de la psique humana.

"La escultura me resulta muy gratificante, porque es tridimensional. Me permite expresar mis ideas de la manera que me gusta en todos los lados. Es difícil, pero me encanta, aunque nunca estoy totalmente convencida de lo que he hecho".


Autor: Mercedes Ramos
Fuente: Cuba Plus Magazine