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La historia del Camagüey contada por sus esculturas

Por cotidiano lo extraordinario suele pasar desapercibido, tal es el caso de calles y plazas camagüeyanas, que atesoran sobre sus adoquines casi 500 años de historia. Próximo a celebrarse este importante aniversario, la ciudad se propone desempolvarse y vestir sus mejores galas acompañada de la obra de sus hijos, tanto los engendrados como los adoptados, quienes le reconocen su condición de madre.

Ciudad 500 es el ambicioso proyecto que se ha propuesto no solo la modernización de las redes técnicas de agua, electricidad, telefonía y alcantarillado, sino la reestructuración de sus espacios urbanos convirtiéndolos en plazas culturales, memorias vivas de tradiciones e idiosincrasia, que se condensan a través de las diferentes manifestaciones artísticas, entre ellas la escultura.

F
iel exponente de esta es Martha Jiménez Pérez, camagüeyana de San Germán, Holguín, creadora del Conjunto Escultórico de la Plaza del Carmen, que se ha convertido en símbolo y leyenda de la ciudad. Aludiendo artísticamente al proceso de mestizaje que tuvo lugar en Cuba, el conjunto integra al español sentado en un banco leyendo, al carretero descendiente de africanos, que distribuye el agua a los vecinos de la plaza, a la pareja de amantes que dispone su encuentro a la luz del quinqué y a las 3 chismosas que disfrutan de un momento de descanso y de intimidad. Detalla la autora que a partir de su interés en desarrollar la escultura urbana de gran formato y gracias al apoyo de las autoridades locales, se viabilizó la ejecución de este proyecto y aunque nunca imaginó la trascendencia universal de sus figuras las ha tomado como fuente de motivación y estimulo para nuevas creaciones.

La plaza del Carmen es también la morada elegida por la artista para su estudio taller, un espacio donde confluyen sus musas en íntimo acto de creación. Aquí es donde el visitante puede detenerse a degustar la obra detalladamente e incluso adquirirla, si lo desea.

Pero Martha Jiménez no se conforma, el parque Longitudinal desde el 2004 también inmortaliza sus criaturas míticas, regalando al transeúnte un mural de su serie Ascensión, en la que retrata a dos ciclistas que parecen flotar más allá de su situación de tener que trasladarse de un lado a otro en bicicletas chinas, utilizando el humor carnavalesco como recurso para el reflejo de la realidad. El mural fue construido con trozos de cerámica esmaltada de diferentes tamaños y formas. La pareja, vestida como arlequines, flota sobre el manubrio y las ruedas de una bicicleta en un trasfondo celestial, intentando acercarse para darse un beso.

Con este precedente y en el marco de Ciudad 500, un proyecto que Martha Jiménez cataloga de “revolucionario” al concebir lo estético como elemento activo en la transformación espiritual y mejoramiento del hombre, la artista tiene bajo su responsabilidad elementos de la ambientación de varios hoteles, con obras trabajadas a través de la escultura monumental en bronce, línea que pretende seguir abordando tanto en plazas locales como internacionales.

Entre sus perspectivas futuras cuenta con varias exposiciones de cerámica y pintura en el extranjero y aunque países como Turquía acogen su obra, es en Camagüey donde Martha Jiménez ha encontrado su consagración como artista, logrando fundirse en la historia de una ciudad que ya llega a su 500 cumpleaños.

Fuentes:

1.González Flora, Literature and Publishing, Emerson College. ¨Martha Jiménez: La escultura urbana en el centro colonial de Camagüey¨.
2. 
Entrevista personal a la artista.

Por: 
Elizabeth González Pimentel
         
Licenciada en Psicología