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Las mil y una Martha...

La nueva entrega de Martha Jiménez constituye mucho más que la revisita a una pasada forma de hacer arte en Camagüey. Sorprenderá quizás el dato de que sea esta su primera exposición de grabado, aunque ciertamente no es una manifestación inexplorada por ella. Y he aquí una de las cuestiones que quiero presentar, no se trata de una ceramista o pintora que ahora también graba; sino de una creadora que en su natural búsqueda expresiva, advierte la solicitud pertinente de su obra al procurar nuevos lenguajes discursivos.

Dentro de las bondades que le ofrece el grabado a Martha se distingue como característica preferencial, la posibilidad de obtención de múltiples copias de una misma imagen, a suerte de huellas infinitas que desafían, a mi juicio, el debatido correlato de la originalidad de la obra de arte. Las mil reproducciones que pueden llegar a realizarse de cada matriz son más que nada, una metáfora de autoexpresión de alguien con suficiente sagacidad y talento para apostar por la revaluación del grabado, no como un medio sino como destino en esta parte de la isla.

Con la misma lealtad a sus temas, alcanza Martha a complementar esta incursión con una reflexión profunda acerca de la femenino y de la sociedad desde una perspectiva intimista, a ratos doméstica. Sus imágenes continúan teniendo la virtud de transmitir intacta la frescura de lo cotidiano, elevando cada escena a la calidad de una ceremonia de exquisita imaginería popular.

Por: Lic. Maydelin Leiva Delgado
MSc. en Cultura Latinoamericana
Curadora, galerista y crítica de arte
Febrero de 2012.